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Chiquetete, el genio discreto

En enero de 2016 entrevisté por última vez a Antonio Cortés Pantoja, genio discreto, humilde, apocado y profundamente tímido. Chiquetete, el cantaor, artista, seguía siendo igual de retraído que Antonio, si bien es cierto que, entre amigos, compartía historias, sentimientos y una gracia íntima. Esa noche actuó en la sala The Hole deValència ante un reducido grupo de amistades, de suerte que su actuación fue, como titulé en las páginas de Levante-EMV, «deluxe»,sólo para incondicionales del arte profundo. Acompañado a la guitarra de su hijo Fran, Chiquetete nos entregó un inolvidable concierto intimista. Por entonces grababa el que es ya su último disco La magia de una voz. Hoy recuerdo, con nostalgia y suma ternura, que me cantó a capela Dibujo un corazón, dedicada a su amiga Carmina Ordoñez. A mí Chiquetete siempre me ha emocionado por su voz rota, por su imponente repertorio –desconocidoentre el gran público– y por su eterna melodía desgarrada. También porque me ha regalado su amistad y yo la mía. Desde la distancia siempre hubo respeto, cariño y entendimiento.

Todo nace, muere o se va, ni si quiera el alba vivirá. Mueren las palabras, se las lleva el viento y el amor se rompe con el tiempo.

Rafael Rabay

Acompañado a la guitarra de su hijo Fran, Chiquetete nos entregó un inolvidable concierto intimista. Por entonces grababa el que es ya su último disco La magia de una voz. Hoy recuerdo, con nostalgia y suma ternura, que me cantó a capela Dibujo un corazón, dedicada a su amiga Carmina Ordoñez. A mí Chiquetete siempre me ha emocionado por su voz rota, por su imponente repertorio –desconocidoentre el gran público– y por su eterna melodía desgarrada. También porque me ha regalado su amistad y yo la mía. Desde la distancia siempre hubo respeto, cariño y entendimiento.

Chiquetete, en su última actuación en València en enero de 2016

De Antonio destacaría su pasión hacia doña Manuela, su madre. La magia de una voz contiene la canción dedicada a su persona, entonces todavía en vida: ella misma entona los primeros acordes. Quiero romper su imagen de muñeco roto distorsionada en los medios, convirtiéndola en una más justa y humana: Antonio fue quien fue, pero ante todo construyó una familia que lo adora –incluida su ex mujer Amparo Cazalla– y tenía muchas amistades que lo quisieron incondicionalmente. Ahí están los testimonios de Blanca Villa, Marián Conde, Charo Reina, Marián Valderrama, Manuel Orta, Juanito Díaz ElGolosina o María Jiménez. La memoria histórica se construye desde una mirada retroactiva a partir de quienes la protagonizaron junto a la leyenda que es Antonio Cortés Pantoja Chiquetete. Antonio, el de carne y hueso, nunca ha entrado en dimes y diretes, jamás vendió una sola exclusiva y, ni en su etapa precaria, se dejó seducir por el dinero fácil mediático. Siempre soñó con reconstruir su trayectoria artística, algo que conseguía poco a poco desde la edición de su último trabajo discográfico y su gira La magia de una voz.

Antonio nunca eclipsó a Chiquetete, quien, desde su humilde inicio en la canción, fue una leyenda indiscutible. A finales de 2016 revolucionó el Teatro Caupolicán de Chile, demostrando que, en los países de habla hispana, ajenos a los cotilleos nacionales, mantenía la frescura, la inmensidad y el respeto de ese público que siempre respetó la trayectoria internacional de este mito de la categoría de Camarón de la Isla o Lola Flores. A su modo, a su aire, desde la grandiosidad del artista sin vanidad, Antonio tocó la gloria y el cielo desde la nada, la penuria y la miseria de unos orígenes humildes, duros, difíciles. Los paisanos de Carmona, su pueblo de toda la vida, siempre lo veneraron. Su inesperada ausencia, tan discreta como su existencia, nos deja sin la magia de esta voz única del maestro de maestros, Antonio Cortés Pantoja Chiquetete. Que invente, ladre o escupa la ignorancia mediática. Me guardo para siempre el cariño, la sencillez y la grandeza de Chiquetete, el genio secreto.

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