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Sin hijos
Hay un refrán valenciano harto engañoso: «A l’ estiu tot el món viu». Unos viven mejor que otros durante toda su existencia, como, por ejemplo, quienes vivimos –en todas las estaciones del año– sin hijos a nuestro cargo. Es un placer selecto, propio de esa gente lúcida que no cae en la trampa de ampliar el árbol genealógico. Disponer de mucho tiempo para uno mismo, cuidarse, mimarse, incluso aburrirse faltos de obligaciones, no deja de ser un estilo de vida chic sólo al alcance de minorías privilegiadas. El refrán antes mencionado deviene placebo de baratillo, una suerte de psicología positiva de chinos útil para tantos desdichados cuyo sentido de la…