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El PIN parental
El alumnado suele llegar a clase muy cargado. La mochila pesa, casi tanto como sus prejuicios, frustraciones y diversa contaminación derivada de la familia, redes sociales y, en definitiva, un capitalismo neoliberal aplastante. Se ha sustituido la conciencia de clase por edulcorantes como el derecho a elegir la educación de los hijos, algo que, desde siempre, ha sido propio y definitorio de la burguesía. La lengua de las mariposas llega cada curso a mis clases de Valores Éticos, quizá no por mucho, pues, en los últimos tiempos, el discurso del derecho a «decidir» está en boga. Una tradición de raigambre, eso de meterse en camas ajenas sin consentimiento previo. Si…