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Clase media
La playa como mecanismo de camuflaje. Un paisaje desolador, a saber: turistas bañándose en el mar ajenos a la lucha de clases. Las vacaciones de verano anestesian a la población, arma de distracción masiva del Capital; almibarar la precariedad, en resumen. Por consiguiente se aminora la furia de la clase obrera. Uno sobrelleva mejor su podredumbre biográfica remojado entre oleaje. La miseria salarial te recuerda la levedad del ser: eres un simple eslabón de la maquinaria capitalista. El discurso de la dignidad, autorrealización y felicidad vende erróneamente una engañosa valía, pero sólo son palabras que conforman el vocabulario neoliberal. Tú no vales nada aunque la literatura para idiotas diga lo…