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Delitos sexuales

Los centros educativos solicitarán a cualquier persona externa al centro un certificado de antecedentes penales por delitos de naturaleza sexual, por ejemplo, quienes imparten talleres o conferencias y que, por tanto, comparten espacio con alumnado menor de edad. Quienes nos dedicamos a tal fin, como servidor, siempre estamos acompañados/as de profesorado, pero, sin duda, me parece una medida pertinente para cuidar y proteger a los más desprotegidos, infancia y adolescencia. También debe cumplimentarse un anexo en el que se indica el día, horario y tiempo de permanencia en el centro, así como la persona responsable de la actividad y las firmas de ésta y el/la visitante(s). Una medida, insisto, necesaria, aunque nos carga un poquito más de burocracia. Bienvenida sea si la naturaleza de ésta abriga sensatez y una finalidad valiosa en sí misma. Todo sea por un mundo libre de violencia sexual.

La Base de Datos del Registro Central de Delincuentes Sexuales y de Trata de Seres Humanos certifica si constan o no antecedentes sexuales. El documento puedes descargarlo tú mismo en un par de minutos. Con todo, pienso en si la desigualdad real no se impone a la igualdad formal. La medida puede considerarse razonablemente eficaz aunque insuficiente. El Patriarcado no se doblega ante una base de datos, por lo que, sospecho, no constan en acta los hombres puteros, abusadores, aquellos que sexualizan o pornifican a las mujeres, o las acosan, o les tocan el culo, o las miran lascivamente sin reparo para que sientan la violencia que atraviesa, como recuerda la maestra Celia Amorós, el cuerpo de las mujeres, ese libro en el que se inscriben las reglas patriarcales. Entiendo que esa base de datos omite a los hombres que persiguen a niñas o jovencitas, adultos que miran los pechos a criaturas de 12 ó 13 años, también a esos babosos tiranos curtidos en años que prefieren chicas adolescentes para dominarlas y moldearlas a su antojo. Estoy convencido de que la base de datos no tiene en cuenta a esta estirpe patriarcal, porque, si la tuviera, a buen seguro que mañana no abren colegios, ni oficinas, ni supermercados. Esa base de datos concentraría tantos y tantos nombres de varones de todas las edades y condición que la cotidianidad se rompería en mil añicos.

Propongo tomar en serio la Base de Datos del Registro Central de Delincuentes Sexuales y de Trata de Seres Humanos. Para ello considero imprescindible que recoja nombre y apellidos de todos los hombres que violentan, explotan, pornifican, abusan, agreden, violan y acosan sexualmente a las mujeres, sin condena mediante, puesto que nos vale el testimonio de cada una de las víctimas. Para lograr nuestro objetivo podríamos empezar registrando a todos los puteros. Ya hay mucho trabajo por hacer y nos ocupará su tiempo. No importa cuando el objetivo es salvaguardar a las mujeres prostituidas y proteger a las y los menores de edad de estos degenerados. Esa base de datos sería el primer registro patriarcal de hombres depredadores sexuales. Y, posiblemente, serviría para dejar claro a todos los varones ofendidos que la violencia sexual es un problema de nosotros, los hombres, que sufren a diario y en diversas e infinitas variables las niñas y mujeres.

https://www.levante-emv.com/opinion/2024/10/08/delitos-sexuales-109045571.html

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