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La magia de Rosa Montero
Hay momentos puntuales en que uno considera que merece la pena esta difícil tarea de educar. Podría contarlos con los dedos de la mano, pues, aunque doce cursos puedan dar de sí, el sistema educativo suele ser predecible, soporífero y sórdido. No hay creatividad, ni valores como la libertad o la rebeldía, porque, si algo hace juego a la esquizofrenia capitalista, esa es la maquinaria educativa. El lunes 20, por el contrario, ocurría un milagro, entendido desde la filosofía de D. Hume: «violación de las leyes de la naturaleza». No sabría acuñarlo de otra manera, pues, ¿cómo definir un encuentro entre Rosa Montero y más de 500 estudiantes, ensimismados con…