Levante-emv
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Intrusos en el aula
Me gustaría saber qué pensarían los docentes y el gentío en general si quien esto firma, profesor de Filosofía, impartiera clases de Matemáticas, Historia o Lengua Catalana. El caso es que, por dejadez moral y legal de la Conselleria d´Educació, los institutos públicos cuentan con intrusos que sientan cátedra en la materia de Valores Éticos cuando, salvo que sea por ciencia infusa, carecen de las estrategias y herramientas necesarias. Los considero intrusos porque, como bien recuerda la RAE, «se han introducido sin derecho» en aula ajena, algo que, sin ningún género de duda, repercute negativamente en el aprendizaje del alumnado. ¿Qué idea tienen de los valores éticos tales denodados sujetos?…
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Me alquilo
Miren esta insólita iniciativa: «Catorce personas ofrecen su ´amistad´ por horas en una plataforma online» (Levante-EMV, 27/9/2016). Nada de copular ni flirteos, según firma Mónica Ros: la cosa va de cenas, paseos, conversaciones… Una empresa gestiona la oferta e informa sobre las tarifas, como en los taxis, aunque aquí el interesado aporta vehículo y carga con las costas adicionales. Aristóteles dinstinguía entre la amistad basada en la utilidad, en el placer y la basada en el bien, es decir, en las excelencias propias del amigo o amiga. Véase, pues, tan amplio abanico de amistades, si bien el autor de Ética a Nicómaco atribuye mayor catadura moral a la última. Este…
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La anciana
Una austríaca de 85 años despedazó 950.000 euros poco antes de morir. Fue su última voluntad: desmenuzar billetes de 100 y 500 euros después de que sus descendientes decidieran abandonarla en una residencia. Esta señora -suponemos que de carácter vehemente- decidió por consiguiente romper en añicos casi un millón de euros. La internaron cinco días antes de fallecer, o sea, nada que ver con otras historias de viejos solos y olvidados durante el resto de su existencia. La falta de datos relevantes por morbosos invita a usar la imaginación: ¿disponía de más dinero o la parca la llamó perfectamente finalizada su última gran obra? ¿Por qué no tomaba otra decisión…
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Poesía y playa
Estamos en pleno estío, amigos. Tediosas horas y días para nosotros los sabios, por cierto. El bochorno casa mal con la erudición. Si mundaneas asumes que la tónica habitual de la masa persevera en la estulticia, de manera que sales ganando si dejas de otear la realidad. Abunda legión de individuos muy hábiles en la haraganería y la ociosidad. Su dejadez existencial engrandece obras, ideas, poesías y biografías insólitas, nada habituales entre el común de los mortales. ¡A ver si Hegel iba a escribir Fenomenología del espíritu alquilado en el típico cochambroso apartamento de playa! No sé si el CIS ha diseñado algún estudio sobre la vulgaridad, pero, ¿acaso cabe la posibilidad…
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Inversión moral
La perorata de José Luis Roberto en Sandra y el autobús (Levante-EMV, ayer 11 de agosto) da mucho que pensar. No respondo por ligeras alusiones, sino como ciudadano atónito en estado de choque después de indigestarme con un artículo que bien podría firmarse por el justiciero planetario. A mí siempre me quedó claro el motivo de su denuncia, porque, en verdad, aquello que desearía demandar jamás podrá hacerlo. Roberto entiende de leyes, de ahí que, cuando ha visto una ligera oportunidad de llevar su denuncia al juzgado, bien que la aprovecha. Pero a mí me interesa de su discurso no cuanto nos dice, sino aquello que sutilmente silencia. Roberto considera…
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Gustavo Bueno, a mi pesar
Coincidí en Sevilla con Gustavo Bueno en el XL Congreso de Filósofos Jóvenes. Ya era toda una institución en esa primavera de 2003. Contaba con obras de referencia como El animal divino o El mito de la cultura. Entonces nacía el Bueno mediático, su homónimo hijo aparecía asiduamente en los debates de Canal 9, muy dado a disertar sobre Gran Hermano, la telebasura o el terrorismo. De hecho, mi estimado F. Sánchez Dragó grabó allí un programa de Negro sobre blanco, dedicado a la religión, con la presencia de Bueno, José Antonio Marina y Manuel Fraijó. En Internet podrán disfrutarlo o padecerlo, tal fue mi caso, por los insultos y…
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Sociedad abierta
Karl Popper expone en La sociedad abierta y sus enemigos la tensión entre los autoritarios y dogmáticos „partidarios de la sociedad cerrada„ y quienes aspiran a lograr una ciudadanía libre y responsable. Una obra oportuna a tenor de la noticia publicada en este diario: «El juez admite la denuncia contra Gómez por el bus de la policía el Día del Orgullo» (Levante-EMV. 30/7/2016). A la concejala de Protección Ciudadana de Valencia se le acusa de ceder un autobús de la Policía Local para una manifestación del Orgullo LGTBI. Su intención no fue otra que la de concienciar a denunciar las agresiones contra la diversidad sexual. ¿Qué mente inquisidora puso interés…
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¡Niños no!
He sido víctima en no pocas ocasiones de la idiotez moral de progenitores impertérritos ante la escandalera de sus vástagos. Cierta noche cené a todo gas y en silencio sepulcral para largarme a otro lugar. Imposible dialogar rodeados de una multitud abigarrada de críos vocingleros. Compartíamos terraza (es un decir) al aire libre, mientras, sus arteros padres, cenaban sosegadamente en el interior del local, ajenos al barullo y haciendo suyo aquello de «ojos que no ven…». De poco sirvieron varias quejas al camarero, quien, apurado y avergonzado, no sabía cómo mediar ante la impasibilidad de esa desdeñosa chusma causante de tal tragedia gastronómica (los padres, es otro decir). Parece injusto…
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¡Machote!
Un edil del PP en Mallorca propuso conmemorar el día del machote. Pidió perdón por tamaño dislate barruntado para rechazar la moción de apoyo al colectivo LGTB y contra la homofobia. En verdad la suya fue una suerte de estrategia retórica: uno acude al chiste fácil cuando sabe que carece del más mínimo sentido común. De idéntico modo, los bárbaros nos tildan de feminazis a quienes reivindicamos la igualdad entre hombres y mujeres. Palabras ocurrentes exentas de semántica, pero muy simbólicas. Esto lo sabemos en honor a G. Frege y su célebre artículo Sobre el sentido y la referencia, clásico de la filosofía del lenguaje que un servidor estudió en…
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El ser y la Thyssen
La baronesa Thyssen sostiene que «ser rico conlleva mucha responsabilidad». La suya ha sido una perogrullada, archisabida desde El ser y la nada de J. P. Sartre. Sus palabras recobran otra dimensión por mor del sujeto que las profiere, una rica asquerosamente rica. Antes de Carmen Thyssen, Aristóteles ya estudió el ser en tanto que ser: «se entiende de muchas maneras, pero estos diferentes sentidos se refieren a una sola cosa, a una misma naturaleza». En vista del linaje ontológico de ambos, mejor no contradecirles. A fin de cuentas disponen de entrada propia en Wikipedia. La señora corta bacalao en el Museo Thyssen-Bornemisza y se tutea con el Ministerio de Cultura. La…



























