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Mascarilla
Me quedé sin mascarilla pero no me quita el sueño. Otra cosa son las profesionales de la Sanidad y los hospitales, quienes deberían tenerlas por doquier. La mía, en verdad, es una mascarilla mental. La puse en mi cerebro a modo de profiláctico. Hace el mundo más llevadero, créanme. Centrifuga la realidad, procesa la barbarie, recicla a los pedorros y da inteligibilidad a la estulticia. Con todo, cuesta dilucidar el absurdo proceder de aquellos humanos –supuestos, mejor– acaparadores de mascarillas. Las compraron analmente, como el papel higiénico –misterio que abordaré en otro momento– y ni siquiera empatizan compartiéndolas. Puro egoísmo, miseria moral, podredumbre existencial. Ahí tienen a la ciudadanía china…
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Colapso
No aprendemos la lección. El mundo se va al garete y se multiplican bulos, chascarrillos, fake news, así como un variopinto repertorio de indigencia mental. El planeta contaminado, la Sanidad se colapsa, los supermercados devastados por la histeria colectiva, la economía hundida y el gremio de peluqueras molesto con el Real Decreto de Pedro Sánchez. Se acrecienta exponencialmente la crispación y las balconadas. Unos aplauden, otras, votantes de la derecha, sacan tajada al lío y arremeten contra todas las medidas gubernamentales. No sé yo si esta pandemia -viral, intelectual, moral, psicológica y económica- iría mejor con Rajoy, pero ya saben que la derecha es fidedigna en espíritu y fe a…
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¿Para qué sirve el feminismo?
Hace unos días impartí un taller de «masculinidades disidentes» en un instituto de Secundaria. Antes de entrar en materia, dedico unas palabras a explicar qué es el feminismo, o mejor: la «epistemología feminista» como una herramienta metodológica, investigadora, crítica, reflexiva, analítica, comunicativa. En síntesis: el feminismo no es un sentimiento, ni una camiseta, ni se improvisa. Una alumna se acercó al terminar y me dijo que le sorprendía mi defensa de un feminismo que se trabaja. Como la sociología o la psicología –le dije– el feminismo indaga en los discursos, la historia, las estructuras de poder, la política o la mente, y eso –maticé– requiere de una enorme capacidad de…
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El PIN parental
El alumnado suele llegar a clase muy cargado. La mochila pesa, casi tanto como sus prejuicios, frustraciones y diversa contaminación derivada de la familia, redes sociales y, en definitiva, un capitalismo neoliberal aplastante. Se ha sustituido la conciencia de clase por edulcorantes como el derecho a elegir la educación de los hijos, algo que, desde siempre, ha sido propio y definitorio de la burguesía. La lengua de las mariposas llega cada curso a mis clases de Valores Éticos, quizá no por mucho, pues, en los últimos tiempos, el discurso del derecho a «decidir» está en boga. Una tradición de raigambre, eso de meterse en camas ajenas sin consentimiento previo. Si…
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La prostitución y el TSJ
El Tribunal Superior de la Justicia de la Comunitat (en adelante, TSJ) ha ordenado el cese inmediato de un burdel clandestino (sic) situado en el centro de València, pero, considera que «sería muy razonable, el que se regulara legalmente, en todos sus sentidos, un fenómeno tan extendido como este». La Justicia, entendida como discurso y poder, siempre ha sido un brazo armado del patriarcado, a pesar de su proclama de neutralidad y asepsia, difícilmente creíble si uno ha leído a M. Foucault, P. Feyerabend, J. Habermas o cualquier maestra de la genealogía feminista. No deja de ser llamativa, por mediocre, la apelación a la «tradición». Si la prostitución es un…
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Hombres, terrorismo machista
Los hombres y la violencia: violan, consumen pornografía, agreden, acosan, someten, vejan, maltratan, cosifican… También legitiman la esclavitud sexual, la prostitución.. Si quieren sexo, pagan e incluso puede adornarse con el eufemismo «trabajo sexual». Si quieren mantener sus privilegios masculinos, forman una familia «de portal de Belén». La mujer deviene una prótesis en su cuerpo, «esposa» esposada «hasta que la muerte os separe». Las feministas –o «feminazis», dicen algunos– reclaman otro orden social, político, educativo, sin patriarcado, en donde hombres y mujeres convivan en igualdad. Hombres cómplices en su lucha y feministas escasean. Permítanme situarme en esa minoría ilustrada. La violencia sigue siendo cosa nuestra y esto no es elucubración.…
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Yo votaré a la izquierda
No me canso de pregonarlo. La derecha, sea cual sea, abandera el dogmatismo y lo impone ya sea con sangre o sutilmente. La derecha corta cabezas, en sentido metafórico o literal. La historia así lo demuestra. Se cargaron la República y la libertad. Entienden que el buen orden –el orden como Dios manda– se instaura cueste lo que cueste, aunque esto suponga sacar el fusil o machacar al pueblo. Disparan como sea, pero disparan: balas o porquería mental. Pero ya se sabe, la cuestión es apuntar y decir aquello de ¡todo el mundo al suelo! Todo sea en pro de una vida recta, una sola religión, una sola educación de…
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Tus hijos, mi decisión
Y tus hijas, también, mi decisión (por usar un lenguaje inclusivo). La campaña ultraconservadora que anima a los padres (de las madres nada se dice) a protegerse de la «ideología de género» deviene terrorismo intelectual y moral contra el profesorado. Quien esto firma, sin ir más lejos, adoctrina a diario con tal ideología, que no es otra que la feminista, aquella que busca –desde hace cientos de años– la igualdad entre hombres y mujeres. Una ideología, por cierto, que adecenta –y mucho– la abundante miseria humana. Si nos dejamos la piel en las aulas buscando una sociedad libre, igualitaria, diversa, respetuosa, justa e ilustrada, ¿qué problema tienen con nosotras y…
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Educación Abolicionista
Hoy es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres y Niñas: la esclavitud sigue existiendo en la esquina de nuestra casa, también en otros lugares lejanos. Y, ¿qué hacemos? Si preguntas en el aula por el sistema esclavista la mente de nuestro alumnado piensa en contextos históricos remotos: ¿Esclavitud, hoy? ¡Bah!, piensan en su mente domesticada por el capitalismo liberal. Podría excusarse: juventud, ¿divino tesoro? Uno tendría confianza en el profesorado, si no fuera porque pisa cada día el instituto y desmitifica este supuesto espacio de saber crítico y transformador. La coeducación entra en las aulas con pasmosa timidez, si bien la causa feminista –inexorablemente…
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Fichar
A la vuelta de vacaciones toca fichar. El registro de la jornada laboral despierta sentimientos encontrados. El control nos genera rechazo a priori, si bien la mayoría de gente disfruta dominando a los demás. La dialéctica amo-esclavo sigue en auge, ornamentada, eso sí, de principios neoliberales. La vida representada en un «como si». El orden mundial imperante genera monstruos, aunque se disimula y hacemos «como si» no hubiera otra alternativa posible. La existencia es putrefacta pero revestimos su hedor con fragancias metafísicas. La mente se somete fácilmente. El mileurista asume resignadamente su condición. Cobras una miseria, pero te vigilan y controlan porque formas parte de un mecanismo capitalista nada veraniego. …