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¡Sin conexión!
Confío en que algún día las máquinas desempeñen la mayoría de trabajos posibles. O al menos, contribuyan a dulcificar ciertos engorros inherentes al tajo. A modo de ejemplo, el profesorado impartiría su lección desde casa o un hotel de Cancún (este menda podría atender a remojo en la piscina las dudas de su alumnado). Aportaré una razón ecológica, otra pedagógico-humanista y por último, económica, si bien es cierto que, meditándolo cartesianamente, aumentarían no pocas razones más a partir de éstas. Ecológica porque evitaríamos millones de desplazamientos diarios, de maestros y discípulos. Todo un chute de oxígeno para la maltrecha capa de ozono. Pedagógica por mor de las nuevas tecnologías. El…
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El más allá
A punto de cumplir diez años de vida en las aulas, siento que la parca hace mella en mi transitar profesional. La muerte me ha interesado desde adolescente, así que, ya como filósofo, comparto con mi alumnado abundantes textos y pensadores estimulantes, intentando -erróneamente, lo sé- ejercitarlos en el célebre proverbio latino «nada humano me es ajeno». Más bien al contrario, los nativos digitales parecen decirnos «métete lo humano donde te quepa». He visto chavalas y chavales quejándose de aburrimiento cuando leían a F. Nietzsche, E. M. Cioran o A. Camus, también con J. J. Millás o Maruja Torres. Alumnado que respira, sí, por mor de su vida biológica, pero…
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El arte de aburrirse
Tengo la suerte de aburrirme a mansalva. Sin hijos ni apenas obligación familiar, amén de largos periodos vacacionales, disfruto de intensos momentos de sano tedio. Me agradan las horas muertas, creo que despiertan el ingenio y aumentan el valor de la vida. Detesto a esa gente ocupadísima que añora días más largos y lamenta la cicatería cronológica. Se amargan a sí mismos intentando desempeñar multitud de tareas absurdas; acuden a soporíferas citas entre gente desalada, que llega a sentirse importante, cuando nada hay más preciado que la soledad buscada, lejos del terrorismo psicológico propio de las insípidas monsergas ajenas. Me agradan las horas muertas, creo que despiertan el ingenio y…
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Escritoras
España ya tiene su recién estrenado Día de las Escritoras. Mi estimada Rosa Regàs, dignísima representante de este gremio„ prefiere llamarlo «Día de la igualdad en la literatura», pues, a su juicio, el originario da la impresión de asociar a las mujeres con cierta «necesidad de ayuda». Me gustaría sumarme a esta causa como escritor, filósofo y feminista. Sexo y género son una construcción cultural, y aunque no sea parte afectada directamente, hago piña a tantas escritoras silenciadas. No tardarán en pronunciarse machos retrógrados, de esos que jamás mueven un dedo por la igualdad, si bien edulcoran su argumentario carpetovetónico en tanto que periclitó parte de esa patria profunda acorde…
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Intrusos en el aula
Me gustaría saber qué pensarían los docentes y el gentío en general si quien esto firma, profesor de Filosofía, impartiera clases de Matemáticas, Historia o Lengua Catalana. El caso es que, por dejadez moral y legal de la Conselleria d´Educació, los institutos públicos cuentan con intrusos que sientan cátedra en la materia de Valores Éticos cuando, salvo que sea por ciencia infusa, carecen de las estrategias y herramientas necesarias. Los considero intrusos porque, como bien recuerda la RAE, «se han introducido sin derecho» en aula ajena, algo que, sin ningún género de duda, repercute negativamente en el aprendizaje del alumnado. ¿Qué idea tienen de los valores éticos tales denodados sujetos?…
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Me alquilo
Miren esta insólita iniciativa: «Catorce personas ofrecen su ´amistad´ por horas en una plataforma online» (Levante-EMV, 27/9/2016). Nada de copular ni flirteos, según firma Mónica Ros: la cosa va de cenas, paseos, conversaciones… Una empresa gestiona la oferta e informa sobre las tarifas, como en los taxis, aunque aquí el interesado aporta vehículo y carga con las costas adicionales. Aristóteles dinstinguía entre la amistad basada en la utilidad, en el placer y la basada en el bien, es decir, en las excelencias propias del amigo o amiga. Véase, pues, tan amplio abanico de amistades, si bien el autor de Ética a Nicómaco atribuye mayor catadura moral a la última. Este…
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La anciana
Una austríaca de 85 años despedazó 950.000 euros poco antes de morir. Fue su última voluntad: desmenuzar billetes de 100 y 500 euros después de que sus descendientes decidieran abandonarla en una residencia. Esta señora -suponemos que de carácter vehemente- decidió por consiguiente romper en añicos casi un millón de euros. La internaron cinco días antes de fallecer, o sea, nada que ver con otras historias de viejos solos y olvidados durante el resto de su existencia. La falta de datos relevantes por morbosos invita a usar la imaginación: ¿disponía de más dinero o la parca la llamó perfectamente finalizada su última gran obra? ¿Por qué no tomaba otra decisión…
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Poesía y playa
Estamos en pleno estío, amigos. Tediosas horas y días para nosotros los sabios, por cierto. El bochorno casa mal con la erudición. Si mundaneas asumes que la tónica habitual de la masa persevera en la estulticia, de manera que sales ganando si dejas de otear la realidad. Abunda legión de individuos muy hábiles en la haraganería y la ociosidad. Su dejadez existencial engrandece obras, ideas, poesías y biografías insólitas, nada habituales entre el común de los mortales. ¡A ver si Hegel iba a escribir Fenomenología del espíritu alquilado en el típico cochambroso apartamento de playa! No sé si el CIS ha diseñado algún estudio sobre la vulgaridad, pero, ¿acaso cabe la posibilidad…
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Inversión moral
La perorata de José Luis Roberto en Sandra y el autobús (Levante-EMV, ayer 11 de agosto) da mucho que pensar. No respondo por ligeras alusiones, sino como ciudadano atónito en estado de choque después de indigestarme con un artículo que bien podría firmarse por el justiciero planetario. A mí siempre me quedó claro el motivo de su denuncia, porque, en verdad, aquello que desearía demandar jamás podrá hacerlo. Roberto entiende de leyes, de ahí que, cuando ha visto una ligera oportunidad de llevar su denuncia al juzgado, bien que la aprovecha. Pero a mí me interesa de su discurso no cuanto nos dice, sino aquello que sutilmente silencia. Roberto considera…
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Gustavo Bueno, a mi pesar
Coincidí en Sevilla con Gustavo Bueno en el XL Congreso de Filósofos Jóvenes. Ya era toda una institución en esa primavera de 2003. Contaba con obras de referencia como El animal divino o El mito de la cultura. Entonces nacía el Bueno mediático, su homónimo hijo aparecía asiduamente en los debates de Canal 9, muy dado a disertar sobre Gran Hermano, la telebasura o el terrorismo. De hecho, mi estimado F. Sánchez Dragó grabó allí un programa de Negro sobre blanco, dedicado a la religión, con la presencia de Bueno, José Antonio Marina y Manuel Fraijó. En Internet podrán disfrutarlo o padecerlo, tal fue mi caso, por los insultos y…